Esta lectura verdaderamente nos ha atrapado. Julia Navarro es una gran narradora que nos emociona con la trama del texto y nos mantiene intrigados constantemente con los sucesos que se van dando entre picos y calma. A momentos su escritura adquiere una gran velocidad y no queremos parar de leer.

En estos momentos Samuel, quien huyó de Moscú con Irina y Mijail (quedándose ellos en París), llega al puerto de Jaffa buscando “La tierra Prometida” que tanto añoraba su padre y se topa con una familia Palestina quien lo acoge momentáneamente.

Pasamos del relato de Ezequiel Zucker (israelí) sobre la suerte de una familia judía en Rusia, al de Marian Miller sobre una familia palestina en su tierra. Y así poco a poco la autora nos va adentrando en las vidas cotidianas de palestinos y judíos.