Interesante y nos llama la atención cómo el autor dedica tres o cuatro páginas al asunto que platica el mayordomo Stevens con respecto a la limpieza de la plata y la importancia que le da a este tema, considerando él que esto hasta puede contribuir a que los asuntos de la mansión transcurran con una mayor fluidez y resolución gracias a que los invitados gocen con la brillantez de los utensilios de plata.
En contrapeso tenemos el momento anterior en que enferma el padre de Stevens y fallece y Stevens no se queda a su lado pues antepone su trabajo a esta situación y posteriormente no se nos cuenta qué sucedió después, quién se encargó de los trámites del fallecimiento y como transcurrieron. Definitivamente nos presentan a un Stevens que no hace contacto con su vida emocional, o al menso no nos lo transmite.