Laura Esquivel, La ley del amor, Editorial Grijalbo, S A de C V, 1995, 253 p.
Azucena se ve involucrada en una inquietante y compleja intriga porque anda en busca de su “alma gemela”, la pareja perfecta con la que ha estado relacionada en pasadas reencarnaciones. Como le explica Anacreonte, su Ángel de la Guarda, todas las relaciones entre las vidas humanas pasadas, presentes y futuras están normadas por la Ley del Amor, que también rige el funcionamiento del universo. Azucena ha sido elegida para restituir la armonía cósmica que fue quebrantada siglos atrás, cuando los conquistadores destruyeron la gran Tenochtitlán y de paso la inefable Pirámide del Amor.